viernes, 5 de febrero de 2016

Derechos animales - La explotación animal y la vivisección - Joan Dunayer (Vegan Voice)

Para poder acabar con la explotación a la que son sometidos los demás animales por los humanos, necesitamos persuadir a más gente de que la vivisección, la pesca deportiva, la cautividad y matanza por parte de la industria alimenticia y otras formas de abuso especista son moralmente incorrectas, de hecho, son atrocidades. No podemos hacer eso sin un cambio radical en el modo en que hablamos sobre la opresión y asesinato de los no-humanos. Cuando adoptamos el lenguaje de los abusadores y nos referimos a la vivisección como "investigación biomédica" o a la esclavitud y asesinato de la industria alimenticia como "ganadería", estamos socavando nuestros esfuerzos para poner fin a estas prácticas. Empleado como un sinónimo de vivisección, "investigación biomédica" oculta a las víctimas y reescribe el sufrimiento y la muerte como curativos (médica) y vida (bio). La mayor parte de la vivisección ni siquiera persigue fines médicos. Además, la investigación biomédica incluye numerosas formas benignas de métodos de investigación, tales como los estudios de enfermedades actuales dentro de poblaciones humanas, el uso de cultivos celulares y de tejidos, y estudios clínicos de pacientes humanos y no-humanos. Cuando empleamos el término vivisección, estamos realmente siendo más precisos. Los diccionarios definen vivisección como dañar animales, especialmente para propósitos de investigación. Eso es lo que rechazamos, no a la investigación biomédica. Los vivisectores odian el término vivisección porque evoca imágenes de crueldad, imágenes repugnantes para el público en general. Mayor motivo para emplear ese término. Cuando sustituimos "vivisección" por "investigación biomédica", "ciencia" o incluso "investigación animal" estamos ayudando a los vivisectores al omitir cualquier sugerencia de daño o inmoralidad. Algunos defensores de los dereechos animales han dicho que evitan emplear el término "viviseccipn" porque no quieren ser descalificados como "sesgados" o "provocadores". Deberíamos estar orgullosos de mostrar nuestra fuerte oposición a una práctica cruel e injusta como la vivisección. Si la propia palabra vivisección llega a resultar chocante (porque es censurada muy a menudo), que así sea. La vivisección es una práctica chocante. No creo en reducir nuestra repulsa moral ni nuestra dedicación plena a la abolición. Creo que eso es un error. Iré incluso más allá: creo que traiciona a las víctimas. Deberíamos referirnos a las víctimas no-humanas del mismo modo en que nos referimos a las víctimas infantiles, con un lenguaje sincero y negativo que conlleve protesta. Mucha gente que está dispuesta a condenar la explotación humana como "atroz" o "malvada" considera ese mismo lenguaje moralista sensacionalista o demasiado emocional cuando se aplica a las atrocidades contra los no-humanos. Ellos prefieren tratar la explotación no-humana y el asesinato en términos científicos, culinarios o de otras formas no-morales. De esa forma evitan reconocer la inmoralidad.

Entre otros, los vivisectores nazis aplicaron el lenguaje cuantitativo a la experimentación con humanos, así como no-humanos. Los esclavistas aplicaron el lenguaje económico de la "agricultura animal" para la esclavitud humana y no-humana. Mucha gente encuentra tal despego lingüístico ofensivo y grotesco sólo respecto a las víctimas humanas. Deberíamos encontrarlo igualmente ofensivo y grotesco con respecto a las no-humanas. La crueldad, la injusticia y otras cuestiones morales requieren un lenguaje moralista independientemente de la especie de la víctima. Hablar de la vivisección en el frío y abstracto lenguaje de la experimentación es ponerlo donde los abusadores desean: fuera de las consideraciones morales.
Los pollos, los cerdos y otros animales mantenidos cautivos por la industria alimenticia son literalmente esclavizados. Ellos son mantenidos en servidumbre como propiedades. Aun así, poca gente habla de esclavitud no-humana. En cambio, incluso los defensores de los derechos animales se refieren a la esclavitud de pollos y cerdos como "ganadería". Decir que los animales son producidos [NT] les iguala con las plantas. Ellos no son repollos; sino individuos pensantes y sintientes. El término "granja" también resulta engañoso al evocar la imagen de una granja tradicional. Hoy día relativamente pocos de los animales esclavizados son mantenidos en granjas. En cambio, son hacinados en naves sucias o encarcelados en edificios de confinamiento intensivo. Incluso antes de la mecanización de la industria, aplicar el término "ganadería" a la esclavitud y asesinato de animales no-humanos es un eufemismo y confunde. Aun siendo primitivo, criar animales para su matanza no implica necesariamente el cultivo de plantas; implica consumo, por parte de los cautivos no-humanos, de plantas cultivadas o que han crecido de forma natural. Aun más importante, "ganadería" suena benigno. Falla en reconocer a las víctimas. Mi prueba sobre lenguaje especista es ésta: ¿usaría ese lenguaje si las víctimas fuesen humanas? Si la respuesta es que no, el lenguaje es probablemente especista y eufemístico. ¿Dirías alguna vez que los humanos encarcelados y asesinados por sus músculos son "producidos"? No. Entonces no deberíamos estar diciendo que los demás animales son "producidos".

También necesitamos evitar los oxímoron como matanza humanitaria y bienestar de animales de granja. La matanza de la industria alimenticia es la matanza innecesaria de individuos inocentes. Incluso si la matanza estuviese libre (milagrosamente) de todo terror o dolor, no sería compasiva. Igualmente, los animales que son esclavizados y asesinados por sus músculos, leche o huevos ciertamente carecen de bienestar. Incluso bajo las mejores circunstancias, son mantenidos cautivos y privados de entornos naturales y comunidades. Nuestro lenguaje nunca sugeriría que situaciones fundamentalmente injustas pueden ser moralmente aceptables, "humanitarias / compasivas" o compatibles con el "bienestar" de las víctimas...

...No tenemos derecho moral a buscar información causando daño a otros. Como George Bernard Shaw apuntó, la ley restringe la búsqueda de conocimiento a los métodos que no violan los derechos humanos, incluso aunque la vivisección con humanos fuese mucho más válida científicamente (y por tanto, más útil) que la vivisección de no-humanos. Sea cual sea su capacidad intelectual, los humanos se libran de la vivisección porque consideramos moralmente repugnante infligir sufrimiento o muerte sobre cualquier humano inocente. Los no-humanos merecen la misma justicia. La vivisección está mal porque es injusta.

*Extraído de la entrevista con Joan Dunayer por Claudette Vaughan. Publicado por vez primera en Vegan Voice. Traducido por Álex Rodríguez y Jose Valle para Igualdad Animal.

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