jueves, 25 de junio de 2015

Reflexiones e Ideas - Una casa de palabras para Julio Cortázar - Eduardo Galeano

...ahora Helena me ha dado sus sueños, para que yo se los dé a Julio. El sueño de la casa de las palabras, por ejemplo. Allí acudían los poetas a mezclar y probar palabras. En frascos de vidrio estaban guardadas las palabras, y cada una tenía un color, un olor y un sabor y cada una sonaba y quería ser tocada. Los poetas elegían y combinaban, buscando tonalidades y melodías, y se acercaban a la nariz las frases que iban formando, y las probaban con el dedo: “Esta precisa más aroma de lluvia”, decía Juan, y Ernesto decía: “A ésta le sobra sal”...O, pongamos por caso, el sueño de la mesa de los colores...En las fuentes y en los platos había comida, pero sobre todo había colores: cada cual se servía alguna alegría de la boca y también se servía algún color, el color que le hacía falta, y el color entraba por los ojos: amarillo limón o azul de mar serena, rojo humeante o rojo lacre o rojo vino...

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