viernes, 13 de marzo de 2015

Reflexiones e Ideas - Epicuro de Samos (341 a.C-270 a.C)

*La muerte no puede afligirnos con su presencia, porque mientras nosotros existimos no está presente y, cuando está presente, ya no estamos nosotros.

*La carne concibe los límites del placer como infinitos y querría un tiempo infinito para procurárselos. Pero la mente, que ha comprendido la conclusión racional de la finalidad y el límite de la carne y que ha desvanecido los temores a la eternidad nos procura una dicha perfecta. Y ya para nada tenemos necesidad de un tiempo ilimitado. Pero tampoco rehuye el placer ni, cuando los hechos disponen nuestra partida del vivir, se da la vuelta como si le hubiera faltado algo para una existencia óptima.

*Acostúmbrate a pensar que la muerte nada es para nosotros. Porque todo bien y todo mal reside en la sensación y la muerte es privación de los sentidos. Por eso el recto conocimiento de que la muerte nada es para nosotros hace dichosa la mortalidad de la vida, no porque añada un tiempo infinito, sino porque elimina el ansia de inmortalidad. Nada temible, en efecto, hay en el vivir para quien ha comprendido que nada terrible hay en el no vivir.

*Nacemos una sola vez, pues dos veces no es posible, y no podemos vivir eternamente. Tú, sin embargo, sometes la dicha a dilación, no siendo dueño del mañana. Pero la vida se consume en una inútil espera y cada uno de nosotros muere sin gozar de tranquilidad.

*Hay quienes no viven la vida presente sino que se afanan extremadamente para vivir otra vida que no es ésta. Y el tiempo desaprovechado entretanto se desvanece.

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